SEÑOR, POR FAVOR NECESITO QUE LE LEAS ESTA CARTA A MI PADRE, QUE ESTA A TU LADO.

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Mi querido padre, un amanecer del día 28 de Abril del 2002 sonaba insistentemente el teléfono, y me fijé en el identificador de llamadas  y figuraba el número de la muerte, porque en el otro lado del teléfono mi madre me daba una noticia muy dura, que te despertaste muy grave, como la distancia era muy lejana no podía estar con vos, entonces me acerqué a mi rincón a rezar y Dios me daba la triste noticia de que te venia a buscar.

Como pude me hice de valor para darle la noticia a mis hijos, que por el llanto que me salía del alma, no entendían que su Padre se quebraba, porque le lloraba a su Abuelo, porque nos dejaba de este mundo.

Con dolor, pero la fuerza de mi Fe, les comuniqué a mis amigos la noticia dura que tenía en mi poder y ellos me llevaron, me acompañaron para velarte y luego enterrarte.

Padre querido te cuento, cuando viajaba por los cerros rumbo a tu Santa María que tanto querías, trataba de recorrer desde mi niñez, mi adolescencia y hoy un hombre, que fui fruto de tu árbol. Y que momentos lindos que hemos pasado juntos, los consejos sabios y por sobre todo los buenos principios que me has dejado para poder ser un buena persona en la vida, por esto y por mucho más, nunca me voy a cansar de darle gracias a Dios por haberte elegido para que seas mi padre.

Muchas veces pensaba como iba a ser este momento, el dolor es fuerte, te tocas el pecho y no sabes dónde tocarte para calmar el sufrimiento.

Viejo, pasamos momento muy lindos, porque aparte de ser mi padre, fuiste mi amigo porque nunca me fallaste, siempre me diste el consejo sabio, fuiste el poeta que me enseñó mis primeros versos o mis primeras cartas a las primeras novias que ya empezaban aparecer en mi vida, fuiste mi compinche, porque en vos encontraba la repuesta que yo quería. Como no voy a quererte padre de mi vida, como olvidarte, si eres el espejo don siempre me he mirado.

Padre me has trasmitido lo mejor que te enseñó la vida, pero quizás la materia pendiente que te faltó, fue como vivir sin vos, tal vez hoy es muy temprano para encontrar la repuesta a tu partida, pero Dios me va dar la fuerza necesaria para seguir junto a mi Madre querida y a tus tres nietos.

No sé cuando y a qué hora nos encontraremos en el paraíso del Señor, pero si te pido, que en el lugar que estés, seguramente junto a Dios, me guíes y me protejas el tiempo que me queda para devolver mi vida, y así poder encontrarnos allá, en ese lugar tan especial que El te tiene, y que seguramente te permitirá salir a mi encuentro cuando yo deje este Mundo.

Gracias por ser mi Padre.

Tu hijo Alejandro Francisco Marcial

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