Peinetones en el teatro
Señora porteña por la mañanaLitógrafo. Hijo de Jacques Bacle de Saint Loup y de Marta N., nació en Versoix, en los alrededores de Ginebra (Suiza), el 16 de febrero de 1794. En su juventud adquirió conocimientos de dibujo, topografía, cartografía y ciencias naturales. A los 22 años se casó con la artista Adrienne Pauline Macaire. Realizó viajes por el interior de África en 1817 y 1818, y parece ser que tuvo cierta significación, ya que fue nombrado gobernador de Senegal, aunque se presume que magnificó esa situación, cuando escribió sobre ello en el Museo Americano. Es probable que llegara al Río de la Plata en 1828, fecha en que anunció por los periódicos la iniciación de su establecimiento litográfico. Salieron de sus prensas la Vista de la ciudad de Salta, dibujada por José Arenales, retratos de Belgrano y de Dorrego, y la reproducción facsimilar de cartas de este último, litografiadas por su esposa Andrea. También editó los cuadernos de los Principios de Dibujo, primeros materiales didácticos conocidos en el país. Preparó el Proyecto de los Fastos de la República Argentina, iconografía de personalidades ilustres. Entre sus primeros trabajos también se cuentan las láminas de geometría que publicó en 1830, el profesor Avelino Díaz. Poseedor de una sólida cultura humanista, Bacle atrajo a su establecimiento a distinguidas personalidades. En 1829, propuso al general Guido la instalación de un Monte de Piedad, y el establecimiento de un jardín de aclimatación. Se le autorizó la publicación de una Colección general de marcas de ganado de la Provincia de Buenos Aires, una obra costosa y voluminosa que no le representó al autor más que sinsabores y dificultades. Consta de diez cuadernos impresos litográficamente con el registro de no menos de 10.000 marcas, y que complementa un gran mapa de la Provincia, también litografiado. Además inició en 1830, la publicación de la obra Trages y costumbres de la Provincia de Buenos Aires, de la que sólo aparecieron tres láminas: Gaucho, Repartidor de pan y lechero; grabó y editó planos topográficos, mapas. En 1830, publicó un Boletín de Comercio, con informaciones comerciales y marítimas. En el orden docente abrió con su esposa, en 1831, el Colegio de Señoritas que antes había dirigido Madame Curel, bajo el nombre de "Ateneo Argentino" al que concurrieron las hijas de las mejores familias de Buenos Aires. Cuando Rosas dictó el decreto de 1832, por el que se obligaba a los editores o administradores de periódicos de origen extranjero a renunciar a su nacionalidad o a hacerse argentinos, Bacle no se resignó a perder la de origen, y pidió al gobierno que lo relevara de esa obligación, pero la respuesta fue negativa. Entonces dejó de publicar su Boletín de Comercio, y transfirió la imprenta litográfica a un administrador nativo. Mortificado por esta situación, optó por emigrar hacia la isla de Santa Catalina, y su esposa por acompañarlo decidió cerrar su colegio. Allí vivió durante 10 meses, tiempo que dedicó al estudio de la historia natural de Santa Catalina; tomó vistas geográficas, topográficas, reunió vastas colecciones de animales e insectos vivos y disecados, minerales, objetos indígenas, plantas y flores; recogió, clasificó y embalsamó unos dos mil pájaros, agregándoles doce mil preparaciones botánicas, todo lo cual traía en 31 cajones, pero lo perdió en un naufragio frente a la isla de los Lobos, en la desembocadura del Río de la Plata. Bacle protestó contra el capitán del barco a quien consideraba culpable de la tragedia. De regreso en Buenos Aires en 1833, retomó la dirección de la Litografía del Estado, y comenzó nuevamente la publicación de la colección de Trages y Costumbres, 1833, cuya última entrega salió en 1835. Bacle fue siempre un celoso defensor de su producción contra plagios reales o supuestos, y hacia 1835, le dirigió una carta al general Cuido denunciándole las falsificaciones que sufrieron sus obras. En ese año, se inauguró la Imprenta del Comercio, anexo y complemento de la Litografía de Bacle regenteada por su hijo mayor Augusto que se hizo ciudadano argentino con ese objeto. Bacle editó el Diario de Anuncios y publicaciones oficiales de Buenos Aires, con varias litografías, primer periódico ilustrado en la Argentina. Otra empresa memorable de 1835, fue el Museo Americano o Libro de todo el Mundo, con numerosas ilustraciones, continuado por El Recopilador, del mismo carácter. El fracaso material de sus trabajos lo decidió a alejarse del país, y ofreció sus servicios a los gobiernos de Bolivia y Chile. Para estudiar la posibilidad partió para Chile en octubre de 1836, y por mediación del Ministro Portales obtuvo un contrato ventajoso para fundar la imprenta y litografía del Estado. Regresó a Buenos Aires a fin de preparar su partida definitiva. Esta situación molestó mucho a Rosas, y se agregó la denuncia que se hizo de su vinculación política con Rivadavia, por lo que en la madrugada del 4 de marzo de 1837, fue detenido y engrillado se lo llevó al Cuartel del Retiro. Intervino el cónsul de Francia en su defensa, y rogó a Rosas que juzgara al preso o le diera libertad. Pero el tirano con particular encono y crueldad mantuvo preso al pobre Bacle, durante seis meses, cuya salud precaria empeoró día a día y sin abrirle proceso. A fines de 1837, después de repetidas instancias, y cuando el preso casi había perdido la razón, se lo dejó en libertad sin explicación alguna. Con la salud destrozada, Bacle falleció en su casa, el 4 de enero de 1838, protestando su inocencia. Su esposa e hijos, desesperados y en la miseria, se embarcaron para Europa, el 2 de marzo del mismo año. Su prisión y muerte fue una de las causas que motivaron la intervención anglo-francesa en el Río de la Plata.