1819 - mendigo a caballo - buenos aires -acuarela-vidal
1818 - Capataz-escolta-soldado - Vidal - acuarelaJosé León Pagano, en su Arte de los Argentinos, entre otras biografías, narra escuetamente la vida de este inglés que tan bien ilustró la vida de la, en ese entonces, nueva Buenos Aires.
Fue Alejo González Garaño, quien en 1937 publica 15 acuarelas inéditas de Vidal, pertenecientes todas a su colección. En esta obra el coleccionista agrega una completa documentación relativa a la vida del viajero-pintor. En esta obra esta basado el trabajo de Pagano.
Vidal se inicia en la administración como escribiente marítimo y acaba en secretario de un almirante. Vidal demostró una inquieta curiosidad por la vida de Buenos Aires y sus personas, arquitectura, ropa, costumbres, los lugares físicos, paisajes. Aunque su observación era abarcadora, no perdía detalle de cada circunstancia, así las carretas, las calles, el mercado, aduana, matadero, la pulpería y su constante habitante el gaucho, el Cabildo, vistas panorámicas de la ciudad.
De todo esto queda una inquietud, y eso se pregunta Pagano: "porqué Vidal no retrató el interior de las casas, la vida interior familiar?", sus impresiones eran de la ciudad, su movimiento y su estructura: social y edilicia, pero nada mostraba de las familias y sus quehaceres internos.
Sin duda Vidal fue el primer pintor de la vida diaria de Buenos Aires y sus campañas en los años inmediatamente posteriores a la revolución de Mayo.
Una parte de lo mucho que pintó Vidal en nuestra América fue publicada en Londres en 1820, por el editor Rudolf Ackermann. Para los ingleses, tenían un interés especial esas Ilustraciones Pintorescas de Buenos Aires y Montevideo, consistentes en veinticuatro vistas, acompañadas de descripciones del paisaje y de las indumentarias, costumbres etc., y de sus alrededores, tal el título de la obra.
Su trabajo fue sin duda un gran testimonio costumbrista. El caballo en sus caracteres raciales, el gaucho, el matarife, el trajinante, el apero de aquél, el indumento de éstos, los medios de tracción, todo lo reproducido, es un documento valiosísimo.
Hasta ese momento, todo lo retratado por Vidal era novedoso, no existía iconografía de esta naturaleza en nuestras tierras, si algunas pinturas del padre jesuita Paucke, pero aquellas sobre todo de las actividades indígenas, no ciudadanas. Sin duda no existía una reproducción panorámica de la ciudad hasta por lo menos 1820. Vidal fue un precursor.
Posiblemente Emeric Vidal no haya buscado un fin estético ni universal, posiblemente su intención haya sido captar cada situación con crudo realismo, queriendo ser verídico, exacto, lo más preciso posible. Indudablemente su obra lo demuestra y logró lo que se necesitaba lograr. Pasó a la historia sin proponérselo.
Vidal había nacido en Bredford, Inglaterra el 29 de Mayo de 1791 e ingresó en su niñez en la Marina Real Británica, donde prestó servicios como oficial hasta 1853. Aficionado al dibujo y a la pintura a la acuarela, practicó su arte en el transcurso de sus viajes. Desde mayo de 1816 hasta Septiembre de 1818, sirvió a bordo de la flota inglesa estacionada en el Atlántico Sur. En los últimos meses de 1816 se trasladó con el navío Hyacinth al el Río de la Plata, y visitó a Montevideo y a Buenos Aires, donde realizó una serie de dibujos y acuarelas. A su regreso a Inglaterra, a fines de 1818. se puso en contacto con el editor Rudolf Ackermann, de Londres, quien le comisionó la preparación de un libro ilustrado con sus acuarelas, que llevaría la descripción de los paisajes, costumbres, tipos humanos y vestimentas de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. Vidal volvió a pintar, sobre la base de sus acuarelas originales, 22 acuarelas con vistas y personajes de Buenos Aires, y 3 con motivos de Montevideo y de la Banda Oriental. El libro fue impreso en 1820 con el título de Picturesque Illustrations of Buenos Ayres and Montevideo. Fue editado en forma de cuadernos, 6 en total, y la tirada alcanzó a 800 ejemplares (750 de forma regular y 50 en gran papel.
El libro de Vidal constituye una de las piezas más valiosas de la iconografía argentina, y sus láminas fueron utilizadas ya en el siglo XIX para ilustrar obras que, sobre nuestro país, publicaron distintos autores europeos.
Vidal realizó un nuevo viaje al Río de la Plata en 1828-1829, y posteriormente prestó servicios en Lisboa y Río e Janeiro. Falleció el 7 de Mayo de 1861.
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