Aluminé (aire de zamba)
(L: Daniel Tadey; M: Erica Germaná)


Llegaba hasta mi vida, aquel abril,
como una bendición de Nguenechén,
colmando de alegría el corazón,
pintando mis senderos con su miel,


Un ángel que llenó mi soledad,
más que ángel un inquieto cascabel,
un bálsamo en mi alma, lahuen-có,
la única razón para mi ser.


Los días la trajeron hasta mí,
mi niña con destellos de Cuyén,
la forma más sublime del amor,
mi amor resplandeciente, Aluminé.


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Si andando en las mañanas falta el sol,
si alguna sombra eclipsa mi nahuén,
la luz de tu mirada es el candil
que da colores a mi amanecer.


A veces me entristece imaginar
el tiempo en que tus alas, pilmaiquén,
te lleven por el mundo a proseguir
la mágica aventura de crecer.


Los días te trajeron hasta mí,
mi niña con destellos de Cuyén,
la forma más sublime del amor,
mi amor resplandeciente, Aluminé.

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