El doradillo mentao


Una vez supe tener,
como reliquia conmigo,
un flete como les digo,
era todo mi querer.
En cuestiones de correr
fue siempre muy respetado
y en tuitas partes que me he andao
sus prodigios admiraban
y por eso lo llamaban
el doradillo mentao´.

Una vuelta me invitaron
a una yerra en lo de Luro
que fue contento, lo aseguro,
por lo tanto que rogaron
los caballos prepararon
los piones y el encargao´
pa' dejarme abochornao´,
cuando yo fuese a enlazar,
y pa' hacerme reventar
el doradillo mentao´.

Pero yo que malicié
despúes de atarme la vincha
le apreté juerte la cincha
y con orgullo monté,
pa'l rodeo enderecé,
desenrollé mi trenzao´,
y al traerme un toro enlazao´
las aspas sangrientas y rojas
hacía jugar las coscojas,
el doradillo mentao´.

Las chinas que admiraban
de ese flete las acciones,
entre aponderaciones
las manos ellas golpeaban,
por ahí vi que se apartaban
rumbiando pa' nuestro lao´.
Una de ellas del peinado
sacó una vincha argentina
y me dijo es pa' las crinas
del doradillo mentao´.

Al patrón no le gustó
el triunfo del caballo
y encocorao como un gallo
a correr me desafió,
un pingo zaino sacó
que lo tenía tapao´
pingo mestizo y mimao´,
pura canilla y pescuezo.
Lo desafió por mil pesos
al doradillo mentao´.
En seguida nos juntamos,
aceptando la carrera
y al bajar de las banderas
sin ventajas convidamos.
Al emparejar largamos
y al verme medio igualao´
le di un chirlo y encelao´
mi flete llegó primero,
redoblándome el dinero
el doradillo mentao´.

Pero la desgracia un día,
muy malo me castigó:
un indio me lo robó
con toda su picardía.
Yo me fui a las tolderías,
pero en vano me he arriesgado
porque ni el rastro he encontrao´
de ese flete tan querido
y hoy vivo para el olvido
del doradillo mentao´.

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