El empacho

Con cebo de vela, diente de ajo macho,
mezclao con ceniza y ortiga,
Mama hizo un ungüento,
pa´curar mi empacho,
que fregó por mi barriga.

La culpa jué mía y de la Tomasa,
la hija del Vasco Ugarteche,
que vino a invitarme
me juera a su casa
a comer arroz con leche.

Y yo, que soy medio tragón,
dentré a servirme sin compasión;
más me apuraba: yo más tragaba;
más me traía: yo más comía.

Y así seguí sin aflojar
hasta que, al fin, me caí dormido:
atorado me quedé, al punto me dormí
de tanto que yo había comido
y soñé con el arroz
que en la fuente dejé
y no alcancé a comer.

Después de un rato me desperté
y la Tomasa se me acercó,
muy cariñosa yo la noté
y así, a la oreja, suave me habló:

´tamos solitos, solos los dos:
es la ocasión pa' que aproveche...
no me hice rogar: al humo me le juí
y terminé el arroz con leche...

Desde entonces la Tomasa
me echó de su casa y no me puede ver.
Desde entonces, la Tomasa
me echó de su casa y yo no sé por qué.

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