LA MEDIA CAÑA
(25 de Mayo de 1884)
De: Domingo V. Lombardi

Ya el sol del veinticinco
viene asomando
y a las aguas del Plata
las va dorando.
¡Oído! Ya lo anuncia la voz del cañón
y al tope flamea nuestro pabellón
y las campanas
mezclan sus alborotos
al de las dianas.

¡Viva la patria!, se oye
el clamoreo
y le dentra a la sangre
un hormigueo.
¡Vamos a la plaza! Vamos al cuartel
toditos los criollos a escuchar en él,
que es de estos días
el himno de la Patria
las alegrías!

En la plaza del Parque(1)
el batallón
como tabla descansa
en formación.
¡Atención! El jefe levanta su espada:
¡Presenten las armas! ¡Orden de parada!
Y el sol de mayo
quiebra en las bayonetas
su primer rayo.

¡El himno de la Patria!
¡Quién no se siente
al escuchar sus notas
grande y valiente!
Al jefe, a la tropa, al pueblo,
al gauchaje
hace el entusiasmo temblar
de coraje,
y hasta parece
que la estatua 'e Lavalle
se estremeciese.

¡Por tu honor y tus glorias
patria querida,
te brindaron los criollos
siempre la vida!
A traerte laureles cruzaron los Andes
San Martín, Las Heras, Soler
y otros grandes,
y a tu bandera
contempló victoriosa
la cordillera.

Del blanco y el celeste
de tus colores
a Ecuador llegaron
sus resplandores,
al mundo anunciando que de la opresión
salía una nueva y gloriosa nación.
Y ya paisanos
fueron libres los pueblos
americanos.

 

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