LUZ DE SEPTIEMBRE
- Canción
Letra: R.
Daniel Altamirano
Música:
Lucho Servidio
Lo imagino rodeado de palomas muy blancas,
caminando despacio, pensativo tal vez.
Con un libro en las manos, sereno y
solitario,
jubilado y humilde, jubilado y humilde
como siempre lo fue.
A su lado, mi alma descifró tantos
signos,
modulé, deletreando, la palabra
DEBER.
Y crecí desde adentro hacia
todos los rumbos,
y me fui por el mundo, y me fui por
el mundo
con sus libros de fe.
RECITADO
Era niño, el asombro de la vida
en mis ojos,
yo traía el deseo de saber,
de aprender.
Observando su rostro, su actitud ante
el mundo,
la palabra JUSTICIA se hizo carne y
raíz de mi ser.
Hoy resulta que vuelvo hacia atrás
la mirada,
a la extensa distancia del tiempo en
que partí,
aún le sigo escuchando, como
un canto lejano:
"Haz el bien, canta y sueña,
piensa y siembra el saber.
No abandones los hombres del trigo
y el arado,
abrígales el alma con tus simples
canciones".
Ay, maestro, pienso a veces:
¿Yo protejo esos sueños,
como lo hacía usted?.
"Porque no todo ha de ser dolor entre
el barro y el cielo",
me decía y jugaba su mano en
mis cabellos.
"El que siembra esperanzas, cosechará
alegrías",
y llovía sin pausa, sobre su
sien, el gris.
Lo imagino rodeado de palomas muy blancas,
lo recuerda mi niño desde el
hombre que soy.
Qué poquito homenaje para quien
me dio tanto,
mi maestro, este canto; mi maestro,
este canto
le dedico yo a usted.
RECITADO
Para usted, mi maestro, le dedico este
canto,
la canción más hermosa
que ha nacido en mí.
La canción, son los años
de niño adolescente,
de libros y deberes, de tizas y de
ilusión. |