PENSANDO EN TU OLVIDO - Zamba

Letra y Música: Luis A. y Bailón Peralta Luna

El día que tú me olvides,
me iré del pago cantando
la zamba que me enseñaste
bajo el alero del rancho.

Las urpilitas del valle
tendrán que llorar mi ausencia
el día que yo me vaya,
en busca de otra querencia.

ESTRIBILLO
Triste, muy triste,
me iré del pago querido.
Y el canto de aquella zamba
me hará presente tu olvido.

Cuando el cariño es sincero,
no hay que dudar sin motivos.
Yo, sin embargo, ando triste
pensando siempre en tu olvido.

Tal vez será tu hermosura
que dudo del juramento,
que me hiciste aquel día,
entrecortao el aliento.
 

"Pensando en tu olvido".
¿Quién no ha metido la pata o ha hecho el ridículo alguna vez?
En mi caso no muchas pero si algunas. Quizás una de las que más me acuerdo fue más o menos en 1970 en un día de semana que habíamos ido con mi esposa Mari Nieves y Alberto Salem a comer a la noche un asado a la casa que Hugo Moser había alquilado en La Lucila para pasar el verano. Eramos solo nosotros 3, Hugo y una amiga suya.
Luego de habernos divertido mucho, con guitarra y abundante y excelente vino de por medio, decidimos regresar a Buenos Aires a eso de la media noche, pues todos teníamos que trabajar a la mañana siguiente. Al pasar frente a lo que entonces era la Peña de Hernán Figueroa Reyes, en Olivos, insistí en que hiciéramos una escala, y a pesar de las protestas de mi mujer, que tiene la mala costumbre de no beber alcohol, y de Alberto, ganó mi obstinada pesadez.
No había ningún parroquiano, tan sólo un señor que tocaba muy bien el piano temas criollos. Me senté junto a él y comencé a pedirle zambas, gatos y chacareras, como tomándole examen.
El hombre sabía todo lo que le pedía y mi orgullo de supuesto conocedor ,buscaba encontrarlo en alguna falta. Le dije entonces con un deje de suficiencia afirmado en el vino del asado, "esta zamba seguro que no la conoce... ¿Puede tocar "PENSANDO EN TU OLVIDO"?"
Para mi sorpresa y disgusto pues no es una zamba que todos conozcan, la tocó maravillosamente.
Yo estaba con la sangre en el ojo y quería encontrarle alguna falla... "¿A qué no sabe quién es el autor?" le pregunté con una tenue arrogancia, presumiendo que no lo sabría.
"Es mía, Señor", fue su respuesta. Si, era Luis Alberto Peralta Luna, autor de la canción junto a su hermano Bailón y a quien no había reconocido, pues hacía muchos años que no lo veía. Le pedí mil humildes disculpas que aceptó, generoso y con sonoras carcajadas, pues él si me había reconocido apenas llegamos. Esa noche nos quedamos hasta la madrugada recordando antiguas chacareras y añorando encuentros y viejos amigos.

Historia relatada por Antonio Rodríguez Villar (Presidente de la Academia Nacional de Folklore de la República Argentina).

Volver al Indice