TRIUNFO VIEJO
  
        I

Dos ojos luceros
que alumbran el mar,
que digo, que alumbran el mar;

quién fuera marinero
para navegar,
que digo, para navegar.

Este es el triunfo madre
de las mujeres,
que digo, de las mujeres;

que ponen buenos ojos
a los que quieren,
que digo, a los que quieren.

Que vení, vení, vení,
vení, corazón, vení.



        II

Dicen que las heladas
secan los yuyos,
que digo, secan los yuyos;

así me voy secando
de amores tuyos,
que digo, de amores tuyos.





Este es el triunfo madre,
dueña del alma,
que digo, dueña del alma,

más vale dulce muerte
qué vida amarga,
que digo, qué vida amarga.

Que vení, vení, vení,
vení, corazón, vení.


        III

Del otro lao del río
voló un zorrino,
que digo, voló un zorrino;

facón de plata, mi alma,
poncho ‘e merino,
que digo, poncho ‘e merino.

Este es el triunfo madre,
de mis amores,
que digo, de mis amores;

pa’ mí son las espinas
pa’ otro las flores,
que digo, pa’ otros las flores.

Que vení, vení, vení,
vení, corazón, vení.
 

Mi primo Pacífico “Pacho” Rodríguez Villar cantaba este triunfo. Me contaba que eran coplas muy viejas que las había aprendido de un paisano de Chascomús que trabajaba en el campo de mi madre. Lo curioso es que tiene tres partes. Y así, contaba “Pacho”, cantaba este triunfo el paisano de Chascomús.

Tonito Rodríguez Villar.

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