UN PEON GOLONDRINA

Llegó a la estancia de paso
pa'l tiempo de las esquilas
y alargó su permanencia
por causa de que llovía,
en la esquina de un galpón
l' hizo tabique una estiba,
tendió el catre y de un alambre
colgó sus escasas pilchas,
y al no encerrar la majada
y andar de gusto esos días
pa' no pasarla aburrido
ayudó... en lo que podía,
que juntar marlos pa' l fuego,
arreglar unas bebidas,
cortar lonjas, sacar tientos,
desgranar pa' las gallinas...
y cuando compuso el tiempo
y terminó con la esquila
se quebró un peón,
pa' reemplazarlo unos días,
despúes en la mesma estancia
otras changas que salían...
del galpón, pasó a las piezas
que pa' los peones había.
Y como el tiempo se escapa
y se amontonan los días
ya van como veinte años
que aquel Segundo Molina
es un hombre para un patrón
ya no es más peón golondrina.
Pero, el asunto ha cambiao
en estos últimos días
ya que a llegaó a la estancia
un juez, con un polecía
pa' anoticiarlo al patrón
de un parte que le traían:
que en su campo trabajaba
un tal... Segundo Molina
pa' la patria... desertor
cuando llamó la Marina,
al enterarse el patrón
V. yendose... todavía -
V. pensando una confusión
dentró a escuchar que decían,
y la verdad era cierto,
aunque ni el peón lo sabía...
¡ había pasao mucho tiempo
del sorteo y la milicia !.
Pero el juez insistió
completando su teoría:
¡ Por no servir a la patria
es un desertor... Molina !.

Esas palabras cayeron
pa' l patrón, como agua fría
y levantando la voz
dentró a sangrar por la herida...
¿ Como... que no ha servido a la patria
mi pión... Segundo Molina... ?
¡ Podrá o no ser desertor
d' eso no ando con porfías...
pero que sirvió a la patria
doy fé y me juego la vida...
Porque hace más de veinte años
sin aflojarle ni un día
con en el arao, de a caballo,
sin conocer la fatiga,
lidiando con toros bravos,
haciendo crecer la estiba,
recorriendo los potreros
pa' l tiempo de las paridas...
¿ O solo sirve a la patria
aquel que va a la milicia... ?

Vaya nomás que enseguida
me cambio y salgo pa' l pueblo
a ver la papelería y buscar un abogao´
que lo defienda a Molina...

El peón, que estaba escuchando
sin decir, la boca es mía
salió al tranquito y pensando
en las cosas de la vida,
el que siempre iba alegando
que a llorar no aprendería...
con la cabeza agachada se metió pa' la cocina...
Y le mojaron sus ojos el puño de la camisa...
Mientras seguía escuchando
lo que' l patrón... repetía:
¡ Con qué... no ha servido a la patria
mi peón... Segundo Molina ! ...

V. A. Gimenez - A. Merlo.

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