El dibujo de esta sección pertenece a Catu
Reunión danzante que acostumbran realizar durante toda una noche, los padres de una criatura fallecida, toda vez que ella no fuese mayor de 10 años, en algunos lugares es menos, ya que hasta dicha edad, la víctima es considerada inocente y libre de todo pecado. Es creencia general, que el espíritu del niño ingresa al coro celestial y siendo ello motivo de regocijo para los padres que festejan el hecho con la reunión. El cadáver se deposita sobre una mesa, que hace las veces de un catafalco profusamente alumbrado con velas de cera o cebo, previamente adornado con flores naturales o artificiales de múltiples colores. El techo de la vivienda, en la parte que cubre la ornamentación, es revestido con una sábana blanca a manera de cielo-raso, cubierta con pequeñas estrellitas hechas en papel dorado o plateado. La encargada de preparar todo esto y mantener su cuidado durante la noche, es la madrina del angelito. En cuanto al instrumento de música, se usa preferentemente el arpa, corriendo por cuenta del padrino la paga de dicho servicio al igual que la bebida para invitar a los concurrentes. Como signo de despedida al ahijado, los últimos en bailar, ya al amanecer, son los padrinos y luego se dejan sentir las estrofas de la canción del angelito, motivo conmovedor en aires de alabanzas y bagualas, cantadas comúnmente por los mismos rezadores del lugar. Una vez terminada la canción, se inicia la marcha del cortejo fúnebre hacia el cementerio.
Inchausti y Ferreyra hacen un clara descripicón en una chacarera:
Cuando muere el angelito
Ay, ay, ay,
ayayaitay...
suelta el violín su llantito
quiere ayudarme a olvidar
la muerte del angelito
Velay si era chiquitito
sin un pecado solito
que Tata Dios se lo ha llevao
será de verlo solito
Hasta el kakuy del silencio
dolido huyó de las ramas
cuando la caja del alma
por el camino sonaba
Ay, ay, ay, ayayaitay
suelta el violín su llantito
quiere ayudarme a olvidar
la muerte del angelito
Cuando muere el angelito
ay, ay, ay, ayayaitay...
le cantan las alabanzas
será por su alma bendita
Los cirios de los cardones
prenden sus blancos ojitos
azulándose en las alas
que Dios le dió al pobrecito
Y lindo caballo blanco
le va llevando al huahuita
donde arpena rezabailes
pa' la niña Telesita
Angel Miguelito: niño que murió y su madre, trastornada por el dolor, le preparaba juguetes y ropa. Al día sig., los juguetes son usados. La señora abre la tumba del niño y el cuerpo esta intacto. Desde entonces le cambia la ropa y lo cuida. Es muy Milagroso.