Los Casamientos

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Entre las costumbres que van desapareciendo en los pueblos del cerro se encuentran los casamientos, ya que es muy raro contemplar los antiguos festejos que daban mucho para hablar por lo pintoresco y curioso.

Los preparativos comienzan el día del compromiso; desde esa época las futuras consuegras no dejan de ir y venir organizando todo lo necesario para que la velada sea un éxito.

La primera solemnidad es la sencilla pero emotiva ceremonia religiosa que se hace generalmente en la capilla más cercana del pueblo del novio, la que ese día estará totalmente decorada con las flores más coloridas que se hayan podido conseguir.

Concluido el acto religioso los padrinos felicitan a los casados y presurosamente parte el contingente a caballo hacia el lugar de la fiesta. El novio va a la cabeza, marcando el paso con su superior caballo, al que ese día ha ensillado con las mejores riendas y el apero más vistoso, generalmente llevando a la novia en ancas.

Cerca de la casa donde se hace la fiesta salen otros tantos jinetes gritando, tirando cohetes y haciendo todo el barullo posible, a fin de recibir a los recién casados con la algarabía que el acontecimiento genera en los invitados. Antiguamente esos jinetes solían llevar pañuelos de colores y gallinas, a las que le arrancaban las plumas para lanzarlas a los novios, al son de innumerables vivas hacia los casados.

Al momento de los festejos - siempre al mediodía - dos personas representativas, que generalmente son la madre del novio y el padre de la novia, se adelantan con un arco ornamentado con flores y cintas de colores, bajo los cuales se colocan los novios, que, sentados en la mesa central, siempre bajo el arco, son saludados por todos los invitados y dan comienzo a la fiesta.

El vino patero, el asado de cordero, las empanadas, el locro, el pastel de novia, el estofado y las humitas, están presentes en cantidades exorbitantes. Los musiqueros entonan zambas, cuecas y gatos, para luego dar lugar a los "pasodobles".

El clima es por demás festivo, hasta que el efecto del alcohol comienza a hacer florecer los roces entre algunos invitados que desencadenan trifulcas y riñas de la cuales siempre termina alguien en los hospitales.

El festejo suele prolongarse hasta que no se da más, o hasta que el vino y la comida se acaben.

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