Es un amuleto que los habitantes de la puna confeccionan. Se trata de delgados trenzados en lana blanca y negra, que obtienen hilando en la puskca, haciendo girar la misma hacia la izquierda (al contrario de lo habitual).
Cada 1º de Agosto, una vez bendecidos, se colocan los llocjkes, atados en 3 vueltas, a manera de pulseras en el tobillo y muñeca izquierda, y de una sola vuelta en el cuello. Según Olga Sánchez de Salazar, en sus "Creencias y supersticiones Puneñas", desde el momento de la atadura, el amuleto protegerá a su poseedor de los malos espíritus.
Los llocjkes se lucirán hasta el 1º de agosto del años siguiente, en que renovarán los otros, quemando los usados, cuyas cenizas dejarán caer en la boca de la Pachamama (un hueco realizado en la tierra al efecto).
Nos dice Sánchez de Salazar: "sorprendida observo el uso de trenzados en colores fuertes, por modernos jovencitos que adoptan los caprichos de la moda adornado con ellos sus muñecas, tobillos y cuello. Me pregunto... quién imita a quién?"...