El Quemadito

Esta leyenda tiene un origen real. En el camino entre Miraflores y Huillapina (Catamarca) se encuentra una cruz en la que se ha colgado un tarrito de hojalata. Todo caminante deposita en él una limosna. En este lugar descansan los restos de un paisano muerto por las huestes de Mariano Acha (adicto a la causa del general Lavalle). Acha acusó al infortunado de ser espía de Facundo Quiroga (que luchaba contra las provincias que obedecían a la Capital) y lo mandó quemar en una hoguera.

El quemadito posee poderes mágicos, entre los cuales figura el de encontrar animales perdidos.

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