Se utilizaron en todas las clases sociales y en los uniformes militares del siglo XVIII. El corte era: la cintura sin pretina, muy ajustado a las caderas y muslos, sin pinzas, ni raya, ni bolsillos. La abertura de adelante se cubría con una pieza de forma de pentágono invertido, cosida sólo en los dos lados de abajo y dos botones en la parte superior. Auguste de Saint Hilaire nos comenta: "Hice alto en una casa hecha de tierra que no anuncia signo de indigencia, pero cuyos habitantes están decentemente vestidos. Muchos hombres llevan, encima del pantalón con cribos (calzoncillos) que he descrito, otro, de terciopelo y algodón."