Allá en
la pampa grandiosa
Allá en la pampa grandiosa, entre flores y rosales,
hay un nido y, en el nido, cantan siempre dos zorzales.
Ella es una paisanita, la más linda del paraje,
que con su boca y sus ojos, tiene loco al paisanaje.
El es un gaucho altanero de su pago el más querido,
que viene de vez en cuando a ver su amor y su nido.
Los domingos por la tarde que son días de visita,
se confunden en un beso, el criollo y la paisanita.
Luego, van a la cocina, donde el mate los espera,
ella le dice: cantame; y él le canta' esta manera:
Por tus ojos negros, vidalitay,
he perdido el alma:
préstame los tuyos, vidalitay,
por si puedo hallarla;
y, cuando la encuentre, vidalitay,
hallaré la calma,
porque son tus ojos, vidalitay,
alma de mi alma.
Y después que le ha cantado, se marcha el paisano audaz
y antes de despedirse se dan otros besos más.
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