CENCERRO Milonga
Atahualpa Yupanqui
Tengo una achura en el pecho que le llaman corazón, es como un cencerro gaucho con un badajo cantor.
Cuando es linda la mañana suena contenta su voz y hasta se vuelve travieso como potro retozón.
Pero ocasiones ocurre que el invierno es llovedor y el cencerrito en la noche tiene un acento tristón.
A veces como un vientito parecido a la ilusión, viene y le arranca un sonido y él cree que ha salido el sol.
Tengo que andarlo retando p’hacerlo entrar en razón pero como es muy ladino me gana la discusión.
Malhaya si yo pudiera dejarlo en algún rincón pero está dentro del pecho y sin él yo no soy yo.
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