El Día y el Trigo -
Canción
(J. Pedroni – C. Fredi)
La libertad se sentía
donde se hace el día
el día era esperado
pero nunca se hacía
porque la noche estaba
en las manos del mal
y el malo odiaba
a muerte nuestro día trigal.
Veinte años anduvimos
para alcanzar el día
quien quiera que lo ame
no lo descuide un día.
Tenga el puño dispuesto
ya amigo o ya enemigo
el puño es poderoso
si está lleno de trigo.
Cuando la luz se hizo,
cuando el trigo se hizo
el puño de la tierra
se levantó macizo.
que no estaba de grano
para el pan y la paz
no volvería el miedo,
no volvería más.
Veinte años anduvimos…
‘El indio y la langosta vienen del mismo lado. Uno y otro vinieron y hoy día al despertarme me encontré sin caballo, sin hierba que mirar. Sólo quedó el ombú flotando en la derrota, todo se había ido: pasto, animal, gaviota. Las mujeres corrían por el trigal ondoso y lloraban clamando del cielo tormentoso misericordia. Era como una sombra inmensa que baja voraz a la tierra indefensa. ¡Qué hora aquella hora! La gente iba y venía sin saber lo que hacer. Gritaban, maldecían. Yo salí campo afuera pero al fin me detuve. Comprendí que era inútil luchar contra la nube y regresé a encerrarme para no ver ni oír. ¡Qué verde estaba el trigo condenado a morir! Todos quedamos tristes. Contra la luna llena las langostas pasaban en la noche serena. Quién sabe dónde irían. Ya a nadie le importaba. El trigo se había ido. Sólo el dolor estaba. No se oía ni un canto. Los hombres anduvieron como heridos. Algunos montaron y se fueron, pero estaban las madres. Ellas no se movieron. Lloraron silenciosas por el trigo inocente. Después dieron la voz de sembrar nuevamente’.
Cuando la luz se hizo, cuando el trigo se hizo
el puño de la tierra se levantó macizo.
Lleno estaba de grano para el pan y la paz
no volvería el miedo, no volvería más.
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