El Tamayo (milonga)

De: José Larralde

Quién tiene tanta riqueza
como la tiene el Tamayo,
alguna vez tuvo pilchas
y otra vez tuvo caballo.
Alguna vez galopió
contra el viento y como un rayo,
la tropa se fue en camión
y el camión le echó un soslayo.

Quién tiene tanta riqueza
como la tiene el Tamayo,
chuspa flaca sin tabaco
y una historia en cada callo.
Lo hallé chupao en el pueblo,
consuelo zonzo, tal vez,
una vez no son dos veces,
me dijo, y vos lo sabés.

Pa qué guardar patacones
si el saco tiene un aujero,
yerba, tabaco y fideo,
la paga de un mes entero.
Con agua, trampa y cuchillo,
la nutria deja su real,
mejor que el güinche es el perro
y le llaman animal.

Quién tiene tanta riqueza
como la tiene el Tamayo,
quién tiene tanta riqueza
como la tiene el Tamayo,
alguna vez tuvo pilchas
y otra vez tuvo caballo…


Glosario:

Tamayo: Apodo de un personaje de Huanguelén, Pcia. de Bs.As. de donde es oriundo Larralde.
Pilchas: ropa
Galopió: galopó
Chuspa: bolsa para llevar el tabaco o lo necesario para coquear.
Chupao: chupado = borracho
Vos lo sabés: equivalente a Tú lo sabes
Pa': para
Aujero: agujero
Yerba: Yerba mate = Hoja de esta planta, seca y molida, con la que se prepara el mate.
Güinche: por Winchester = rifle

Comentario:

Dentro del pago chico donde todos conocen a todos existe, casi siempre, un personaje curiosamente llamativo como el Tamayo. Cuenta El Pampa, al mencionar cómo compuso este tema, que el mismo forma parte del paisaje del pueblo. Tan predispuesto a hacer algún mandado como a empinar el codo, sin molestar a nadie, estaba enterado de cuanta novedad ocurriera en el poblado. A tal extremo, que Larralde no salía de su asombro preguntándose cómo hacía "este cristiano" para enterarse que él había regresado de alguna gira ya que retornaba en el más completo anonimato. Cuenta que una vez lo encontró chupao y le preguntó por qué no guardaba esos pocos pesos que había ganado para algo más productivo que la bebida, recibiendo como respuesta: Pa´qué guardar patacones si el saco tiene un aujero. Fue en ese momento cuando este magnífico compositor, peón de campo, vendedor de verduras, peón de albañil y tantas otros oficios de la llanura surera se propuso componer un tema con este personaje:
El Tamayo no siempre fue pobre ni vivió de las propinas: alguna vez tuvo pilchas y otra vez tuvo caballo, con el que era muy diestro: …galopió contra el viento y como un rayo, así como en diversas tareas. Una de ellas era la caza de nutrias, que le permitía ganar unos pesos - la nutria deja su real- en la que era un especialista, descartando las armas y aplicando un sencillo y muy particular método que involucra el dedo mayor de una mano, agua, trampa y cuchillo y, finalmente la - más efectiva que el rifle, según su saber y entender- ayuda que ofrece un perro y le llaman animal. Tan rico en anécdotas - una historia en cada callo- y en personalidad ha quedado inmortalizado en esta milonga que ratifica, una vez más, una frase de su autor: "…lo que yo canto lo he vivido "
(Relato que transcribo según mi memoria hecho por El Pampa Larralde en un recital al que tuve oportunidad de asistir y dejé escrito en el Club anterior. Lamentablemente no recuerdo el verdadero nombre del Tamayo)

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