EL XUXUYOC
Teresa Parodi
Alguna vez, al discurrir los siglos,
Igual que el viento a la liviana tierra,
La mísera memoria de los hombres
Se acercará hasta aquí. Vendrán a verme.
Y ofenderán mis huesos y mi sombra
Las espectrales manos de la historia.
Yo, el xuxuyoc, ordeno para entonces:
Dejadme en paz. Yo he sido un hombre
Igual a todos, como todos, vano.
Buscadme en el ancestro de mi pueblo,
En la raíz de un grito de pelea,
En los espasmos del placer o el odio,
En el temblor final de la mirada
De un hombre de mi raza. Allí estoy yo.
Este gastado polvo es nadie y nada.
En el futuro se erguirá de nuevo
Pero no seré yo. Yo ya estoy muerto.
Mi eternidad es esta piedra rota.
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