ESTATUA
DE CARNE
POEMA (incluido en el disco Pa´Que
Dentre-1970)
De: José
Larralde
Donde la pampa abre su vientre
evaporando al sol su sangre sabia,
mezclada con rocío de mañanas
blancas
mezclada con perfumes de pastisados
vientos
con mugidos agrestes,con relinchos
violentos,
con cantares de pájaros aprestados
al vuelo,
con retoños alzados de futuros
eternos.
Allí donde la tierra pampa se
alza en hembra,
donde la luz del sol pega de frente,
donde la cantidad no cuenta mas que
para sevir al número,
donde el arroyo es vena que se retuerce
en rubrica
de lo alto en lo bajo a bañadas
lagunas.
Donde la vida vive,donde muere la muerte.
Donde la sombra dura lo que la luz
consiente.
Donde los ojos palpan con libertad
profunda
el horizonte claro la noche encanecida,
las auroras sonrientes y arreboles
orados.
Mi tierra pampa de allá vengo,
sin haberme ido nunca,sin dejarla nunca,
tratando siempre de crecer por dentro.
De allá vengo..y traigo apadrinandome
el recuerdo,
la estatua de carne de una india pampa
que sacudió mi vergüenza.
Hubiera querido hablar con ella...
Pero pa´pa qué...
Tenía los ojos tan quietos
enterrados en mil surcos de arrugas
que sombreaban
las chuzas clinudas tupido de negro
tiznado.
Su nariz y su boca...
indiferentes al olor y al gusto.
Sus manos,unidas en el cansancio de
la falda
flaca y estirada de años de
preñez.
Su pecho tan hundido que en la curva
de su espalda
se reflejaba el peso de sus senos
abolsados rozando el estómago.
Sus hombros oblicuos y pequeños
me mostraban que hasta el peso de los
brazos
cansa cuando siempre se los tuvo pa´abajo
recogiendo tiempo vacío de esperanza.
Tal vez el polvoriento médano
viajero,
alguna vez, la llevó en ancas
de paisajes nuevos.
Tal vez el viento pampa viejo,
le canto coplas que aprendió
de lejos.
Y allá...cuando el poniente
se acurruca en sueños
sintió que la nostalgia le arrimaba
leña pa´quemar silencios.
Tal vez se emborrachó de orgía
y de sexo
que culminaba la novena luna sobre
el cuero de oveja
que se tiñó de rojos
cuajarones,
y secó de olvido en otra vuelta.
Tal vez tiene la suerte de ser virgen
aunque pariera mil por su bruta inocencia.
Tal vez alguna vuelta se canso de esperar
nada
y cambio su espera por distancia.
Distancia quieta...
retorcida en troncos de piquillinales
con paciencia mortal
pero latente hasta en la corteza de
tu rostro.
Porque Dios ha querido que su cuerpo
y su alma sean una sola cosa.
Hubiera querido hablar con ella.
Pero pa´qué....
Pa´clavar otro Cristo sin mas
güeltas.
Pa´arrancarle lo único
que le queda después de haber vivido como naide
sin haber ecibido ni el barato desdéan
pa´el que molesta.
¡Si hasta el perro se le dice
jüera cuando tironeando la osamenta!
Lo único que tiene es el silencio
y porque no da leche se lo dejan.
Los tiempos cambian,los recuerdos quedan.
Los hombres mueren cuando no hay vergüenza.
La sombra crece dentro de la conciencia
si la conciencia no crece en la sombra.
¿Yo me pregunto?
¿Cuanto tiempo se precisa pa´saber
cada vez menos?
¿En qué lugar de la vida
nace la rsignación?
Solamente el miedo incuba diferencias.
Y solamente desde desdichado miedo
ajeno
se nutrn los enfermos autodiferenciados
de potencia,
inaceptable capricho de querer cubrir
el sol que nace para todos
con el tóxico aliento de la
mentira, negación absoluta del razonamiento.
Y pensar... Y pensar que allí
nomás,
desde donde pa´cualquier lado
se mira adentro.
Donde la luz y la sombra se juntan
pa´algo mas que pa´que pase un día.
Donde el lento ascenso de los caldenes
contrasta,
con la siembra, madures y cosecha de
trigales.
Allí nomás...Donde un
día la lanza metió punta,
y el sable revolvió polvaderas
en quita y en defensa
en puteada que se quedo colgando en
una baba de cansancio y agonía.
Donde la sangre gastada...
Donde la sangre gastada que mojaba
el suelo
hoy mismo se evapora y sigue revolando
cielo de auroras y ponientes.
Donde el viento se ayunta cuando al
cielo se arriman nubarrones.
Allí nomás... la vi sentada....
Con sus ojos tan quietos.
Con el tiempo metido hasta en
las uñas,
con el sosiego entero escrito en el
espinazo,
la estatua de carne que enarbola ciclos
de olvido y de miseria.
Me sentí tan pequeño
ante tanta grandeza.
¿De qué vale mi canto
sin tu algo?
Si algún día...legara
mi copla hasta tu oido,
no pienses que te estoy utilizando,
la sucia diferencia que separa, la
inventó Dios como castigo
que abremos de pagar tarde o temprano
sin tener más que el alma por
testigo. |