Comentario de Cucho Marquez:

Esta zamba deja como un sabor de polvo en la boca al que la canta, que no se puede entender si uno no ha recorrido las calles -entonces sin asfaltar- de muchos pueblos americanos, allá por los años sesenta. Y al silbar, con la saliva, el polvo se vuelve barro y "el barro huele a temporal". 
Vuelve a ser otra vez Jaime Dávalos, quien ponga su palabra poética al servicio de otro gran cantautor y estudioso del folklore, como es Eduardo Falú. Contaba Dávalos que le venían artistas de toda laya, siempre con la misma petición: " -Jaime, hacémele una letrita pa’ mi canción" y el bueno de Dávalos nunca tenía un no para nadie. 
Como en esta ocasión, en la que nos cuenta la angustia que lleva en su alma el paisano en las calles de la ciudad, donde no puede contemplar en lontonanza, esos cerros queridos que tanto añora. Claro que si el mismo paisano hubiera visto las actuales ciudades, su sensación no sería sólo nostalgiosa, sino quizás bochornosa.



LA NOSTALGIOSA - Zamba 
  
Letra: Jaime Dávalos  
Música: Eduardo Falú
 
Nostalgiosa llevo el alma,
por las calles de la ciudad:
gusto a polvo, mi silbido largo
suspirando zambas se me va.
 
El recuerdo de mi tierra,
por la sombra me subirá
y mis ojos por el cielo lejos,
con las golondrinas volverán.
 
          La montaña alimenta mi voz,
          como el río que corre hacia el mar.
          Alma mía, fugitiva;
          golondrinas de mi corazón.
          Busco al fondo de la calle un cerro;
          pero encuentro el cielo y nada más.
 
Donde quiera que yo vaya,
la nostalgia me seguirá:
el paisaje por mi sangre crece
y en mi boca herida cantará.
 
Volveré, cuando el verano
se derrame por el sauzal:
quiero hundirme en esos ríos turbios,
donde el barro huele a temporal.

Jaime Dávalos la cantaba: gusto a campo, mi silbido largo



hacémele: (arg) házmela; hazme

pa’: (arg) para

sauzal: saucedal, terreno poblado de sauces

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