PARA
PALORMA
Cueca
Música y Letra de
Jorge Marziali
Recitado:
“Al vino yo no lo miro
cuando lo voy a tomar,
se me hace agua la boca
y no me gusta mezclar”.
Así me dijo Palorrma
y no me pude olvidar,
la tarde en Chacras de Coria
se dormía en el parral.
I
Para Palorma
se va una cueca,
se va una cueca.
Para Palorma,
palabra entera.
Para Palorma
voz de la tierra,
voz de la tierra
Desde Palorma
viene la cueca,
viene la cueca
Como paloma,
como bandera.
Desde Palorma
sangre paceña.
En la voz la intención
¡Corazón cuyano!
Viñador y cantor
como regresando.
Desde Palorma
¡ay!, vamos andando.
II
Por Corocorto
nació un amago,
nació un amago,
que vuelve en cantos
por coros largos,
anda Palorma
fundando abrazos
No hay una hilera
ni hay un racimo,
ni hay un racimo,
que no lo nombre
con un obligo.
¡Raza Palorma
serán mis hijos!
En la voz la intención
¡Corazón cuyano!
Viñador y cantor
como regresando.
Desde Palorma
¡ay!, vamos andando.
En el verano de 1992 fui contratado para actuar en un festival
organizado por el municipio de la Paz, en Mendoza, donde y había
vuelto a vivir don Félix Dardo Palorma. Llegue casi sobre la hora
asi es que subí al escenario sin hacer las habituales relaciones
públicas de estos encuentros. Canté dos o tres temas y anuncié un
estreno, una cueca cuyo nombre es "Para Palorma". Hubo un aplauso y
con emoción estrené alli, en su pequeña "Corocorto", esa canción
casi recién compuesta. Al llegar el inicio de la segunda copla, en
la segunda parte de la cueca, oí que un grupo de gente gritaba ¡arooo!
¡Arooo! ¡Arooo! Miré hacia el público y vi la figura de un señor que
con dificultad se acercaba con un vaso de vino. El escenario era
alto, asi es que él levantó su brazo y yo tuve que agacharme para
aceptar el "obligo". Al bajar la vista vi el rostro sonriente de
Félix Dardo Palorma. Bebí, devolví el vaso y, como pude, reinicié la
cueca. Allí terminé mi actuación y pedí disculpas por no seguir
cantando. Quise abrazar ese instante como lo más importante de toda
una gira por mi provincia. Se me corta la respiración cuando escribo
esto, en La Plata, a 14 días de agosto de 2006.
Jorge Marziali
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