PISO DE
TIERRA, PATIO DE CASA
Fado
Piso de tierra, patio de casa,
muchos hermanos, buenos amigos,
de luna y canto bajo la parra
andares blancos, pájaros niños.
Ganados trigos sobre la mesa
como el churrasco de corte antiguo,
que despertaba sobre las brasas
hambres redondos agradecidos.
Piso de tierra, patio de casa…
Ruanas abejas entre las flores
como engarzadas de tanto lindo
queridas voces poblando el aire
como partículas de rocío.
Piso de tierra, patio de casa
ombú en el fondo, torcaza y nido
con muchos bichos de nuestra fauna
y una petisa que a los relinchos
Piso de tierra, patio de casa…
Cualquier lluvia le hacía cosquillas
se revolcaba de cielo limpio,
abrían los charcos sus ojos mansos
y se aromaba de pueblo chico.
El de luciérnagas caprichosas
zurciendo el aire con sus pabilos,
que parecía que zambulleran
en las negruras sus farolitos.
Piso de tierra, patio de casa…
Piso de tierra, patios de casa
de Nochebuena con arbolito,
de padre y madre como las armas
velando el sueño de tato niño.
Piso de tierra, `patio de casa,
estoy oyendo todos tus grillos
y el fado que mi papá silbaba
para mi patio no tengo olvidos.
Piso de tierra, patio de casa…
Si mi papá viviese cumpliría años los 19 de noviembres.
Un 19 de noviembre, me dio un ataque de casa vieja y retrocedí en el
tiempo hasta mis 8 años. Me encontré con una casa antigua, con un
terreno que en una de sus partes se entraba por una calle y se salía
por la otra, con un tremendo ombú en el fondo, frutales, palmeras,
muchas flores había en mi casa, mucha huerta había en mi casa.
MI papá, que era muy bichero, tenía gaviotas, lechuzas, teros, un
flamenco que se llamaba “Camilo”, charitos, algún ñandú, una
espátula, gallinas y patos. Y entre todo ese bicherío una petisa
zaina en la cual yo aprendí a andar a caballo.
A la oración, como se decía en aquel tiempo, papá prendía un
fueguito y churrasqueábamos todos los hermanos. De los ocho que
hemos sido ya estamos quedando tres… Y en ese patio de tierra y bajo
una parra, pasaron cantores, malambeadores, poetas como Pedro
Boloqui, guitarristas como Mario Pardo que después mi maestro junto
con su mujer Clodos,
Y yo, todo pájaro de asombro con ocho años de misterio, contemplaba
el mundo de los grandes. Y me veía de guitarra y canto. Tal es así
que pasados diez años de eso, me encuentro debutando en una
fonoplatea de “Radio Carve” de Montevideo, junto a Charlo y Sabina
Olmos. Después hice un ciclo en “Radio El Espectador” también de
Montevideo junto a Enrique Cardozo y Panchito Maquieira donde
nuestro locutor respondía al nombre de Alfredo Zitarrosa. Y desde
que alcé el vuelo, todavía estoy planeando….
Papá, que fue un excelente cantor igual que mi mamá, era muy de
fados. Sabíamos cuando llegaba porque escuchábamos siempre silbando
un fado. Por eso quiero compartir con ustedes lo que me pasó un 19
de noviembre en que papá hubiese cumplido años y yo ya de colmillo
cruzao…
Omar Moreno Palacios
Pancho Moreno Palacios vino una mañana a casa a dictarme la letra de
este fado. Al terminar se le nublaron los ojos. “Cada vez que canto
esta canción no puedo evitar las lágrimas…”, me dijo. ¡Ese es
Pancho!
ARV
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