Por las
estaciones
Cuando el otoño deja caer sus hojas
los delantales se adueñan de la ciudad,
con niños que rezongan tan temprano
por dar comienzo a su ciclo escolar,
no importa si al menos han valorado
que ellos pueden estudiar.
El crudo invierno impone su respeto
por no saber cómo lo iremos a pasar,
nos refugiamos en nuestras moradas
pensando cuándo se terminará,
no importa que afuera te invada el frío
si te quieren en tu hogar.
Qué le diremos a las estaciones
que siempre vienen y nos encuentran igual,
pero ellas nos llevan una ventaja
porque vienen y se van,
nosotros quedamos estacionados
tanteando en la oscuridad.
La primavera con su dulce espera
viene asomando como vientre de mujer,
mientras los hombres están esperando
que el niño no encuentre un mundo al revés,
no importa los antojos que usted tenga
si le hace bien al nacer.
Cuando el verano viene dando luces
nos preparamos a escurrirlo sin piedad,
pero a veces los planes se dan vuelta
y terminamos en otro lugar
no importa si el lugar no es el deseado
si lo sabes disfrutar.
Se desencuentran nuestras estaciones
como nosotros a la hora de cinchar,
si al menos encontráramos la puerta
para salir a jugar,
no importa dónde quede la salida
mientras podamos llegar.
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