REQUIEM PARA UN
NIÑO LUSTRADOR - Canción
Letra y música:
Miguel A. Morelli
Llegaste un día cualquiera
a mi pequeño mundo.
Así, sencillamente como llega
el amor.
En una mano un viejo juguete regalado
en la otra, un cajón de lustrador.
Asomaste tu risa por la puerta entreabierta,
y fue como si entrara un rayito de
sol,
y todos te quisimos desde el primer
momento
porque eras el verdugo de nuestro mal
humor.
Tu caricia redonda, tus ojitos traviesos,
tus manos siempre sucias con pomada
marrón,
tu gorrito de lana, tu saco exagerado,
eran más que un poema, eran
una canción.
Tenías once años y nunca
habías jugado
y ya desde pequeño eras trabajador.
Mirabas con tus ojos cargados
de tristeza
la dicha que la trade al niño
le negó.
Saliste a los inviernos para ganar
la vida
y el frío de la muerte ganó
tu corazón.
Duerme gorrioncito en los brazos de
Dios
con tus cepillitos, niño lustrador.
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