Jaime Dávalos no sólo escribía divinamente, sino que era una delicia escucharle recitar sus poemas, sobre todo cuando se le animaba a improvisar. Era un poeta tan completo, que igual te contaba una copla satírica como la del Velorio de Macho Tuerto como dotaba de una altura cuasi teológica a una zamba de su buen amigo Cabeza. 
Pues no es fácil encontrar una canción popular compuesta en los últimos años, que pueda compararse a ésta, en la que cada verso parece superar al anterior. Y al escuchar esta zamba incomparable nos viene el recuerdo de la guitarra mágica y la voz grave, apenas susurro, de Ernesto Cabeza. Esa voz que, gracias a la actual técnica discográfica, que permite reeditar digitalmente los viejos temas, nos acompañará con dulzura y esperanza, a lo largo del tiempo cereal de nuestra vida.      

TIEMPO CEREAL - Zamba

Letra: Jaime Dávalos  
Música: Ernesto Cabeza
 
Hoy tu recuerdo lastima mi piel
de ausencia estremecida;
porque en ella me vuelve a crecer
la ternura de la vida.
Voy muriendo cada amanecer,
sin tu boca entre la mía.
 
¿Dónde se va la adorada pasión,
en que se consumían
nuestros cuerpos, sedientos de sol,
cuando el alba florecía?
Nunca más volverá la ilusión,
que nos encantó los días.
 
          Río nocturno del sueño:
          tu sangre junto a la mía.
          Con el sabor de la sal interior,
          las lágrimas serán gotas de mar
          y el alma, golondrina, que en el
          tiempo cereal del amor vuelve.
 
Voy preguntando a la noche por vos
y lloran las estrellas;
porque saben que, buscándonos,
vagaremos por la tierra:
vagabundos del sueño los dos
en la oscuridad eterna.
 
Todo el amor, que nos queda por dar,
derraman nuestras venas.
Horizontes de risas vendrán
desde el fondo de la ausencia,
si rompemos esta soledad,
que hasta el alma nos entierra.