Esta comida tan común en el centro del país, tomada de "Historias populares cordobesas" (Tala Cañada y San Jerónimo) es de esas recetas tapadas por los temores de la bien sana redondez de los comensales.
Al decir de don Raúl Zamorano: "te comés un buen pirquiao y no tenés hambre en todo el día"
Con maíz molido, porotos, zapallo, carne picada en trocitos, papas, zanahoria, todo bien picado; se le agrega ají, sal, pimienta, comino, orégano y ajo.
Se cocina bien y cuando ya está cocido se le agrega cebolla de verdeo, cilantro y una cucharada de grasa, preferentemente de chancho. Se deja reposar unos minutos para que tome el gusto de la cebolla y el cilantro y se sirve en plato enlozado o cazuela de barro.
Esta comida tan apreciada por los trabajadores rurales, en especial por los troperos, recibió su nombre de éstos últimos.