Constituyen una herencia provinciana española. Se confeccionaban en crea, algodón, o lino. En un principio su largo era hasta la media pierna, a mediados del siglo XIX llegaba hasta un poco arriba de los tobillos. La pretina, adelante, con tres o cuatro botones, y atrás, una doble presilla para regular el ancho de la cintura. Las piernas muy anchas terminaban en un fleco, de largo y espesor muy variables. Por lo general tenían una tela deshilada a unos 10 o 12 centímetros del borde de la pierna que solía tener un ancho de entre 3 y 8 centímetros. Auguste de Saint-Hilaire, en "Voyage a Rio Grande do Sul", 1816-22; Orleans, 1887, dice: "Tienen anchos pantalones (calzoncillos) de una tela de algodón casero y el extremo de cada pierna se termina con cribos o puntillas, por encima de cuyos deshilados hay, muchas veces, un trabajo de bordado".