Decía D. Sarmiento en su Facundo "el cuchillo, a más de un arma, es un instrumento que le sirve para todas las ocupaciones; no puede vivir sin él; es como la trompa de un elefante, su brazo, su mano, su dedo, su todo".
Comúnmente cruzado en la faja, el cuchillo les servía como elemento para comer, para la defensa, para el trabajo con cueros, etc. El facón se encuentra en gran parte, por no decir en toda la literatura costumbrista y regional.
Podemos mencionar diversos tipos de cuchillos: facón, caronero, verijero, fillingo, cuchillo propiamente dicho, etc.
Facón: es en realidad una daga. Tiene filo completo y contra filo. Su hoja era de más de 30 centímetros, un tanto grande, pero los gauchos sabían dominarlo a su antojo.
Caronero: tenía una hoja de hasta 80 centímetros, propio para montear, como arma o para matar reses. Su ubicación era paralela al lomo del caballo, en la carona o bien entre los pellones. Era realizado con sables o bayonetas.
Verijero: hoja pequeña que suplía a veces al facón. Su uso más común era para capar (castrar) y se llevaba adelante con el mango hacia el flanco derecho pasando por la delantera del tirador junto a la rastra.
Cuchillo: suplantó a mediados del siglo pasado al facón. Su hoja de 25 centímetros, sin gavilán, lo hicieron más cómodo. Se lleva como el facón, atravesado sobre los riñones con el mango junto al codo derecho.