Recordemos las estrofas del bardo argentino Belisario Roldán, cuando con toda justicia canta al hermano-caballo y le dice:
Caballito criollo del galope corto
del aliento largo y el aliento fiel,
caballito criollo que fue como un asta
para la bandera que anduvo sobre él.
Otro importante poeta argentino, don Elías Gordillo Rojas, publicó un hermoso libro de versos titulado casualmente Pelos Criollos, donde con magistral conocimiento y bella forma poética, canta a las potradas del tiempo viejo diciendo:
En las potradas de antaño
los pelos eran criollasos,
conocí pampas, picasos
y hasta un overo castaño.
Dende que me jui hace años,
Pa' una estancia en el Pigüé
montao en un yaguané
en busca de una tropilla
de entrepelaos gargantillas
que en ese pago compré.
Era un gateado tiznao
de ancha raya sobre el lomo,
de esos que yo elijo y domo
con los cuartos atigraos.
Pelos que ya están mermaos
por ser de criollas manadas
que con clines encrespadas
vagaban en campo abierto
por el disco del desierto
de la pampa desolada.
Otro gaucho criador de caballos argentinos y poseedor de esa inconfundible sagacidad de los poetas gauchos, don Darío H. Anasagasti, canta a su tropilla en certeras descripciones:
Como sé andar de resero
tengo tropilla entablada,
la madrina es colorada
y tiene un potrillo ruano.
Bien manchao tengo un tubiano
que ahora poco lo he enfrenado
y que ante ayer lo he probao
galopiando y llegó entero
vainte leguas compañero
hasta el pueblo de Bragao.
Además en la tropilla
tengo un lobuno bragao
un lindo gateo tiznao
ligero en la atropellada
un blanco orejas rosadas,
un oscuro escarciador.
Un tordillo de mi flor,
Pa' correr en el rodeo
y un redomón zaino overo,
pescuecero y sentador.
Un lindo barroso overo,
un bagual picaso pampa,
un pangaré mano blanca,
vivaracho y coscojero,
un bayo blanco estrellero,
un rosillo anca nevada,
un alazán mala-cara,
un colorao retacón
y un doradillo ariscón
muy bellaco en las mañanas.
Y pa' terminar, señores,
el crédito es un tostao,
pingo muy aponderao
marca de las dos argollas,
ha corrido varias pollas
y hasta aúra no le han ganao;
en los boliches que ha andao
dejó mentas de ligero
y aquí está pa' su mandao
el gaucho Carmen Lucero.