La rastra, o abotonadura especial del tirador, tiene su origen en los botones gauchescos. En efecto, el cierre de dos o cuatro patacones o chapones, pronto se fue haciendo más complicado, se alargaron las cadenas que los unían, se agregaron a éstas, nuevas monedas o botones hasta formar rastras, que pendían sobre el abdomen del usuario; muchas veces a falta o supliendo a las monedas, simplemente se le colgaban cadenillas con bolitas de plata o pequeñas borlas de hilo plateado, que justificaban ampliamente su nombre de "rastra".
Se las dotó de una pieza, chapa o florón central, de variadas formas, con relieves de diversos motivos, etc.