La desgarradora historia del gaucho Francisco José está muy bien explicada en el trabajo del profesor Félix Coluccio: "Cultos y canonizaciones populares".
En este caso el profesor relata la comunicación hecha por Marily Segovia Morales: Resulta que Francisco López era hombre honrado y de trabajo y entre los múltiples alumbramientos de su mujer siempre ofició de partero... con el último hijo su mujer no reaccionaba pero notó que el niño estaba vivo, entonces salió en busca de una partera... en el camino se encontró con tres borrachos que lo atacaron. Hirió a uno y mató a los otros dos, como su caballo estaba herido por los atacantes, se procuró otro y llegó a la partera.
Comenzó la persecución hasta que lo atraparon al cruzar la frontera de Esquina, Lavalle, provincia de Corrientes.
Los argumentos de Francisco José no fueron suficientes, entonces ataron sus manos a las ramas de un árbol y lo degollaron.
Es curioso contar que de los verdugos, uno tenía una mano dura por un machetazo de de la niñez y el otro tenía unidos los dedos meñique y anular, pero al ser salpicados por la sangre de Francisco López, se curaron. Este fue el primer milagro.
Nos cuenta Coluccio que se lo honra con banderas celestes, velas, procesiones y comidas comunitarias.