Manuel Gómez Carrillo

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El 8 de marzo de 1883 (en algunos escritos figura como 1881) nace en Santiago del Estero el músico y recopilador Manuel Gómez Carrillo, hijo de Doroteo Gómez y de Carmen Carrillo. Muy pequeño y terminadas sus primeras letras en Santiago, ingresó en el Seminario conciliar de Salta, luego, a los 15 años, al de Catamarca, donde actuó como pianista e instructor de coros. A los 16 volvió a su Santiago natal. Termina sus estudios en el Colegio Nacional, y va a Buenos Aires para estudiar en la Escuela Industrial de la Nación; al volver a Santiago, tomó lecciones con el concertista Moreira de Saa, portugués y con Alfredo Grandi. Su orientación era la música clásica, pero se vio intrigado por  el movimiento tradicionalista y en su repertorio figuraba el Pericón del boceto lírico Por María, de Antonio Podestá.

Hacia 1916 obtuvo el título de Profesor Superior de Piano en Buenos Aires. Como se dijo anteriormente, toda su formación era europea y clásica, y aunque había tenido contacto con danzas criollas en tertulias familiares, conoció al pianista Roque Arias oyéndole tocar gatos y chacareras, y había llegado a sus manos el Primer Album de don Andrés Chazarreta, Gómez Carrillo continuaba con las modernas escuelas superiores de Europa, muy especialmente el lirismo italiano.

Cierto día encontró la obra de Eduard Grieg y la vida y obra del nacionalista noruego, y un reencuentro con Franz Schubert y sus devoción por las canciones populares... así, en uno de sus viajes a Tucumán, el dueño de Casa Breyer, don Julio Alberto Castillo le aconsejó que se dedicara a la música popular. Corría 1917. El primer Album de Chazarrera había salido en 1916, y al parecer se intentó buscar a alguien más preparado musicalmente para emprender la colección del canto popular norteño. El entonces rector de la Universidad Nacional de Tucumán - Juan B.Terán -, Ernesto Padilla y Juan Heller, se reunieron con Gómez Carrillo para proponerle la recopilación, y le pidieron que entregara un plan para la "recopilación y popularización de la música nativa santiagueña", pero al haber bajo presupuesto, él debía costearse los gastos "por ahora".

Decía Gómez Carrillo: "tomar un motivo rudimentario y traducirlo fielmente sin proyecciones ulteriores de cultivo superior es realizar obra incompleta; necesario será coleccionar todo lo arcaico con vistas lejanas y con el concepto de explotar un filón. Bastarse a sí mismo es un gran principio de economía política que puede aplicarse perfectamente a las finalidades de la especulación de los motivos de antaño, como una mina inagotable para la formación del verdadero arte nacional. El canto de nuestro gaucho, en sus momentos de melancolía intensa o de intenso amor, no fue sino un pequeño balbuceo que no alcanzó a concretar todo el monumento de arte que su imaginación creara. Adivinémoslo, intensifiquemos sus manifestaciones sencillas y veremos convertirse esos balbuceos en dulcísimos lieder, en magníficas sonatas, en estupendas sinfonías... proporcionemos a nuestros genios creadores, muchos de los cuales por un inconcebible snobismo se alejan de nosotros para beber fuentes extrañas, de inspiración, los sanos e intocados motivos pastoriles".

Las circunstancias lo llevan a Jujuy en 1919... allí comenzó Gómez Carrillo la colección planeada. Al volver a Santiago y hasta 1920, había realizado un pequeña compilación que dejó bastante contentos a los propulsores de Tucumán. Presentó su obra en la Sociedad Sarmiento y luego en el teatro Odeón. El doctor Estanislao Zeballos lo invita a la alta tribuna del Instituto Popular de Conferencias de Buenos Aires, allí, el 17 de septiembre de 1920, ante mas de 400 personas y con prólogo del doctor Ernesto Padilla y del mismo Zeballos, presentó su "Música Nativa del norte argentino"; en aquella oportunidad, el músico dijo: "Presento los temas tales como los hallé, con su tosca naturalidad, sin el más mínimo retoque, sin la más leve modificación. Son cerca de doscientas piezas distintas, de las que voy a presentar unas pocas, las necesarias para que ustedes se puedan formar, aunque sea someramente, una idea clara de aquella música. He intercalado en el conjunto algunas producciones mías, pero me adelanto a prevenir que lo hago sin ninguna presunción, sin atribuirles importancia alguna".

En la audición actuaron los cantantes Emma Ferrán y Antonio Lipiz y el violinista Pedro Cinquegrani, Gómez Carrillo tocó el piano. Fue todo un éxito; así presentó los dos únicos álbumes "Danzas y Cantos Regionales del Norte Argentino", Buenos Aires, Ricordi, 1920 y 1923, donde el santiagueño presentó 41 obras para piano, canto y piano y violín con piano... el ascenso de autoridades de diferente orientación política en la Universidad de Tucumán no permitió continuar la serie.

La obra de Manuel Gómez Carrillo alentó el Nacionalismo Musical en la Argentina, incitó al quehacer folklórico y exaltó la devoción de los tradicionalistas; hay que recordar su intervención en la creación del ex Instituto Nacional de la Tradición, y la creación del Cuarteto Gómez Carrillo, integrado por sus hijos Manuel, Julio Alberto, Jorge y Carmen.

Fue profesor de Música en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal de Santiago del Estero. Profesor de música y Regente del Profesorado Nacional de Música de la Escuela Nº 2 "Juan María Gutiérrez" de Rosario.  Entre las danzas y canciones folklóricas recopiladas, tenemos: Dos palomitas (huayno); Rapsodia santiagueña (obra para piano estrenada en París); La Salamanca (ballet); La Telesita (composición lírico-coreográfica); Fiesta criolla (suite sinfónica); Impresiones de mi tierra y Fiesta criolla: para orquesta, además de Romanza Gaucha. Falleció el 17 de marzo de 1968.

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